El informe de la ONU, Panorama de género 2024, expone que el progreso hacia la igualdad de género y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es alarmantemente lento. Globalmente, persisten marcos jurídicos discriminatorios, como el 54% de los países que carecen de una definición legal de violación basada en el consentimiento libremente otorgado, y el 51% que impone restricciones laborales a las mujeres. El documento enfatiza que las mujeres y niñas son particularmente vulnerables a las crisis, evidenciado por el aumento del 50% en los casos de violencia sexual relacionada con conflictos desde 2022 y la proyección de que el cambio climático empujará a 158 millones más de mujeres a la pobreza extrema para 2050. Además, las brechas significativas en áreas como la conectividad digital y la energía limpia (cuyo acceso podría ahorrar 40 horas semanales de trabajo no remunerado) representan grandes costos económicos. Se señala también que la disparidad de género persiste en la educación, la propiedad de la tierra y la participación en el sector energético. Por lo tanto, el texto concluye que la única forma de acelerar el desarrollo sostenible general es mediante una inversión urgente y prioritaria en los derechos y el empoderamiento de las mujeres.